El cardenal Karlic sabía sobre el cura abusador, pero no lo denunció
Era arzobispo de Paraná cuando ocurrieron los hechos. En 1996, dio por probados los abusos contra cuatro niños seminaristas, pero no acudió a la justicia. Lo mandó a estudiar a Roma.
Documento con fecha
jueves, 04 de octubre de 2012.
Publicado el
jueves, 04 de octubre de 2012.
Autor: Redacción.Fuente: Tiempo Argentino.
Autor: Redacción.Fuente: Tiempo Argentino.
Estanislao Esteban Karlic fue nombrado cardenal en 2007. Antes, entre
los años 1986 y 2003, se había desempeñado como arzobispo de Paraná, y
en Entre Ríos se dice que el sacerdote Justo José Ilarraz, hoy
investigado por corrupción de menores, era poco menos que su mano
derecha. En diciembre de 1996, tras escuchar el relato de cuatro
seminaristas presuntamente abusados, cuando eran niños, por el cura
Ilarraz, Karlic le prohibió al sacerdote "venir y permanecer" en la
diócesis. Eso fue todo. No hubo otro castigo, según se desprende del
informe que el actual arzobispo, monseñor Juan Puiggari, envió a la
justicia entrerriana, y al que ayer tuvo acceso El Diario de Paraná.
Karlic dejó entonces que actuara Roma, pero al parecer jamás llegaron
instrucciones al respecto desde el Vaticano. De hecho, tras su salida
del Seminario de Paraná, en 1993, Ilarraz permaneció en la sede de la
Iglesia Católica, estudiando. Y en 2000, ya de regreso al país y después
de vivir tres años en Monteros, Tucumán, como laico, un obispo de esa
diócesis le permitió volver a ejercer el sacerdocio.
En consecuencia, Ilarraz nunca fue sancionado por la Iglesia, a pesar
de los testimonios directos de al menos cuatro víctimas que habrían
padecido sus abusos mientras ejercía el cargo de prefecto de disciplina
en el Seminario Menor paranaense, entre 1985 y 1993. Esas cuatro
denuncias ya están en poder del juez de instrucción Alejandro Grippo,
que investiga al sacerdote por corrupción de menores.
Según consta en el documento diocesano, en julio de 1995, encomendó al
abogado sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, hoy párroco de la Catedral
de Paraná, que investigara la conducta de Ilarraz, y que todas las
actuaciones se guardasen "en el archivo secreto" de la Curia.
Para esa época, Ilarraz ya se había trasladado al Vaticano para cursar
una licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana.
El mismo Karlic –que lo había ordenado sacerdote en 1982– lo alentó a
hacerlo y le gestionó alojamiento. El Decreto N° 39/93, firmado por el
hoy cardenal, lo autorizó a ausentarse de Paraná por dos años, permiso
que luego se extendió un año más. Cuando Ilarraz volvió, en 1997, las
conclusiones de la investigación de Fariña lo obligaron a marcharse a
Tucumán.
El documento firmado por Karlic el 18 de diciembre de 1996 contiene una
sanción levísima. Da por probado "el daño producido a personas e
instituciones", dice que "es consecuencia de la conducta del presbítero
Justo José Ilarraz, ya que cuatro testimonios de forma unánime así lo
afirman", y además que ese daño "debe ser reparado y evitado en el
futuro". Por eso, le prohíbe "venir y permanecer en el territorio de la
Arquidiócesis de Paraná, así como tener comunicación de cualquier tipo
con los seminaristas". Hasta ahora, esa benévola "condena" intramuros
jamás había llegado a la justicia. Y sólo cuando el escándalo ya había
estallado, el 7 de septiembre pasado, Ilarraz fue suspendido en el
ejercicio del ministerio sacerdotal. «
"Crimine pessimo"
Bajo ese eufemismo con que el Código de Derecho Canónico define la
pederastia, había sido investigado "intramuros" el sacerdote Ilarraz
desde 1995.
"pegaban con toallas mojadas"
El abogado defensor de una de las presuntas víctimas del cura Justo
José Ilarraz, acusado ante la justicia por el abuso de al menos 50
chicos de entre diez y 14 años, aseguró que en aquellos años el
seminario de Paraná "era un campo de concentración".
Milton Urrutia, que además de querellante fue seminarista en ese
instituto en el período en que Ilarraz habría abusado de los internados,
criticó la "doble moral de los directivos del seminario en aquellos
tiempos", y aseguró en declaraciones a la agencia Télam: "A nosotros nos
bañaban con agua helada y nos tenían encerrados, mientras Ilarraz y (el
actual arzobispo de Paraná, monseñor Juan) Puiggari (entonces prefecto
del seminario) vivían con todos los privilegios en habitaciones con todo
el confort."
Quebrado por el llanto, Urrutia relató que mientras estuvo en el
seminario "nos pegaban con toallas mojadas y nos hacían trabajar como
burros. Ellos tenían que cuidarnos y amarnos porque nos estábamos
preparando para ser sacerdotes, pero a muchos nos frustraron y tuvimos
que abandonar la vocación."
Para el abogado, Puiggari "tiene que dar un paso al costado porque
nos defraudó a los ciudadanos y a los laicos", al ocultar lo sucedido en
el seminario con el cura Ilarraz.
Otro abogado de los querellantes, Marcos Rodríguez Allende, destacó,
por el contrario, la cooperación de Puiggari con la justicia. "Acá,
lamentablemente, el que no cumplió es monseñor Karlic. Una vez que
conoce los testimonios de las víctimas, la sanción que le aplica es no
dejarlo entrar más a la diócesis", declaró a El Diario de Paraná.
No hay comentarios:
Publicar un comentario