Otro pederasta protegido por El Vaticano
Documento con fecha
domingo, 02 de noviembre de 2014.
Publicado el
lunes, 03 de noviembre de 2014.
Escrito por: Rodrigo Vera.Fuente: Proceso - México.
Escrito por: Rodrigo Vera.Fuente: Proceso - México.

En agosto de 2013 la justicia
de la República Dominicana investigaba al nuncio apostólico Josef
Wesolowski por pederastia –en su computadora había miles de fotografías
y decenas de videos de menores de edad sosteniendo relaciones sexuales
con adultos–. El sacerdote huyó de la nación caribeña y buscó la
protección del Vaticano, donde ahora supuestamente será juzgado. Sin
embargo hay pruebas de que ese sacerdote vive y pasea cómodamente por
Roma y se sabe que, de ser hallado culpable, sólo cumpliría siete años
en una prisión vaticana. Éste sería sólo uno de decenas de miles de
casos similares archivados en la Santa Sede, según un informe de la ONU.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Pese a que
formalmente lo degradó al estado laico y lo someterá a un proceso penal,
de hecho El Vaticano sigue protegiendo a su exnuncio en la República
Dominicana, el polaco Josef Wesolowski, acusado de abusar sexualmente de
menores de edad y de pertenecer (o incluso de haber creado) una red de
pornografía infantil en esa isla caribeña.
Wesolowski, ya sin rango eclesiástico,
evadió la acción de la justicia dominicana gracias a la protección de la
Santa Sede. Ahora las autoridades vaticanas lo juzgarán en su
territorio dándole todo tipo de privilegios: Lo mantendrán en “arresto
domiciliario” mientras dura el juicio y en caso de hallarlo culpable
sólo lo condenarán a siete años de prisión.
Así el caso Wesolowski –de resonancia
internacional por ser la primera vez que a un representante papal se le
degrada para juzgarlo y por ser un intento del Papa Francisco de mostrar
que aplicará la “tolerancia cero” a los sacerdotes pederastas– podrá
quedar en un simple acto de simulación.
El religioso Darío Taveras, quien en la
República Dominicana ha venido exigiendo justicia para las víctimas del
exnuncio, comenta a Proceso en entrevista telefónica: “No entiendo por
qué El Vaticano tiene tantas consideraciones con Wesolowski. Él ya no es
representante del Papa aquí, ni siquiera es eclesiástico. No es una
cosa ni la otra. Es un laico. Y aun así se le va a juzgar en El Vaticano
con muchas consideraciones”.
Taveras menciona que estos privilegios
básicamente consisten en que Wesolowski enfrentará el proceso en arresto
domiciliario y se le impondrán sólo siete años de cárcel en caso de
encontrarlo culpable.
“Me parece muy poco tiempo. En la
República Dominicana, por delitos menores sentencian a muchos más años
de prisión a una persona. Pero aquí estamos ante un caso gravísimo, ante
un verdadero escándalo.”
–¿Hay antecedentes de algún nuncio involucrado en actos de abuso sexual al que se le degrade y se le lleve a juicio?
–No los hay. No conozco ningún caso de un
representante papal en un país al que se le haya sometido a un proceso
de este tipo. Es un caso sin precedente.
Para el clero dominicano y para la Iglesia
en general, señala Taveras, el caso Wesolowski es “como una dolorosa
espina clavada en el corazón”. De ahí que, dice, él ha estado pidiendo
que “se llegue a la verdad y se haga justicia”, a través de
declaraciones a los medios dominicanos. Ahora lo tranquiliza un poco el
anuncio del proceso contra el exdiplomático polaco.
“Esa noticia me apaciguó. Me hizo ver que
por lo menos las cosas no estaban dormidas, como suponía. Pero El
Vaticano está llevando las cosas con mucho secreto y lentitud, quizá por
lo doloroso del caso y porque no hay un precedente. Es la explicación
que me doy ”, comenta.
“Arresto domiciliario”
En agosto del año pasado El Vaticano
sustrajo de la justicia dominicana a Wesolowski, tan pronto supo que se
le estaba investigando por abusar de menores de edad. Se le encontraron
entonces 87 mil fotografías y decenas de videos de niños desnudos a
quienes obligaba a realizar actos sexuales ante la cámara. A algunos de
estos niños se los llevó a su natal Polonia. La Santa Sede sólo dijo
entonces que ya tenía en su territorio al prófugo, quien escapó de
incógnito de la isla (Proceso 1930).
Después El Vaticano mantuvo un silencio de
casi un año hasta que el pasado 27 de junio informó escuetamente que lo
había degradado al estado laico.
El 23 de septiembre el portavoz de la
Santa Sede, Federico Lombardi, informó que a Wesolowski se le abrirá un
proceso penal en El Vaticano; agregó que mientras dure el juicio, el
polaco quedará en “arresto domiciliario” por instrucciones del Papa,
quien pidió abordar el caso “con el justo y necesario rigor”.
Lombardi, en declaraciones publicadas el
24 de septiembre por el sitio de internet Vatican Insider –especializado
en asuntos eclesiásticos y manejado por el prestigiado diario italiano
La Stampa–, detalló que a Wesolowski se le aplicarían dos tipos de
castigo: el canónico y el penal. El primero, dijo, ya le fue aplicado al
reducirlo al estado laico.
El proceso penal empezará “a finales de
este año” o “a principios” de 2015, adelantó y reveló que El Vaticano
puso un abogado defensor a disposición de Wesolowski, aunque
“naturalmente puede ejercer el derecho de defensa mediante un abogado de
confianza al que puede nombrar”.
En cuanto al castigo penal, Lombardi
adelantó que “podría ser condenado a seis o siete años de prisión, más
eventuales agravantes”, pues se le juzgará, dijo, según las normas
vigentes antes de la reforma penal de 2013, que eran menos severas.
Se creía que las autoridades de la
República Dominicana solicitarían su extradición para juzgarlo en el
país caribeño, como ellas mismas lo planteaban antes; sin embargo, pese a
que a Wesolowski se le degradó, dieron marcha atrás en esa pretensión.
Corren versiones de que Roma presionó al gobierno dominicano para desechar esa petición de extradición.
Lo cierto es que el pasado 24 de
septiembre, tan pronto Lombardi anunció que la Santa Sede llevará el
proceso, el procurador general de la República Dominicana, Francisco
Domínguez Brito, descartó así la extradición:
“Lamentablemente, debido a los convenios
internacionales, incluida la Convención de Viena, de los cuales el país
es partícipe, no será posible juzgar al exnuncio Wesolowski en República
Dominicana.”
En entrevista telefónica, la encargada de
prensa del procurador, Noemí Herrera, explica a este semanario que su
país está “amarrado de pies y manos” por esos acuerdos internacionales.
Y enfatiza: “Definitivamente el gobierno dominicano no puede hacer nada. No pedirá la extradición. Eso es un hecho”.
–¿Cuál recurso jurídico les queda?
–Colaborar con el Estado Vaticano en el
proceso. Aportaremos las pruebas necesarias para que allá se haga
justicia. Eso ya lo estamos haciendo. Y si es necesario que un
Ministerio Público de República Dominicana viaje al Vaticano, así lo
hará.
Agrega que por el momento no tiene
“precisado” el “dato” de cuántas víctimas de Wesolowski han declarado en
la procuraduría dominicana ni cuántas fotografías y videos de
pornografía infantil se confiscaron para enviarlas a Roma.
Mentiras y encubrimientos
Los medios italianos hacen sus propias
pesquisas. Por ejemplo el portal del diario Corriere della Sera precisó
que, según sus fuentes confidenciales del Vaticano, se le han detectado
130 videos y no ha habido variación en cuanto a las alrededor de 87 mil
fotografías de pornografía infantil que almacenaba el polaco en su
computadora.
Son imágenes de menores entre 13 y 17
años, desnudos ante la cámara y forzados a tener relaciones sexuales
entre ellos o con adultos. Wesolowski prefería niños, aunque no pudo
sustraerse a la tentación de captar imágenes de algunas “decenas” de
niñas, según el portal italiano.
Actualmente, sigue, los expertos indagan
la identidad de las personas a quienes enviaba imágenes, o con quienes
hacía intercambio, pues sospechan que el diplomático pertenecía a una
red internacional de pornografía infantil.
Mientras tanto el controvertido polaco
espera ser llamado a juicio desde su “arresto domiciliario”, donde,
según el Vaticano, se ha mantenido desde que se fugó de la República
Dominicana en agosto del año pasado.
Pero realmente no se trata de un
“arresto”, pues al polaco se le ha visto pasear por las calles de Roma,
mezclado entre los transeúntes. El pasado 24 de junio, Víctor Masalles,
obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santo Domingo y conocido de
Wesolowski, estaba en Roma gestionando algunos asuntos cuando de pronto
vio en la calle al exnuncio. Indignado, Masalles tuiteó: “Para mí fue
una sorpresa ver a Wesolowski pasearse por la Via della Scrofa en Roma.
El silencio en la Iglesia ha herido al pueblo de Dios”.
El mensaje de Masalles –demoledor porque
lo envía un miembro de la propia jerarquía eclesiástica– fue reproducido
ampliamente en la prensa dominicana y sobre todo puso al descubierto el
trato privilegiado que la Santa Sede le da a Wesolowski.
Algunos medios aseguran que el polaco está
cómodamente instalado en la Casa Internacional del Clero, en el número
70 de la Via della Scrofa, justamente la calle donde Masalles lo vio.
La Casa Internacional del Clero es una
residencia para sacerdotes de distintos países que están de paso en
Roma. Está en la capital italiana, no en territorio vaticano, donde
supuestamente debería estar el exnuncio en “arresto domiciliario”.
El pasado 5 de enero el Comité de los
Derechos del Niño de la ONU emitió un histórico y explosivo informe en
el cual precisamente condena esta vieja práctica de la Iglesia de
trasladar a los abusadores de un sitio a otro en “un intento por ocultar
ese tipo de delitos”. Pero ese modus operandi –asegura el informe– lo
único que provoca son mayores abusos sexuales.
Señala el documento: “El Vaticano ha
situado la conservación de la reputación de la Iglesia y del supuesto
delincuente por encima de la protección de las víctimas infantiles”.
El informe fue redactado por 18 expertos
presididos por la jurista noruega Kirsten Sandberg, quienes dicen estar
“sumamente preocupados de que la Santa Sede no haya reconocido las
dimensiones de los crímenes cometidos y no haya tomado las medidas
necesarias para tratar el tema del abuso sexual de menores ni para
proteger a los niños de tales abusos; más bien ha adoptado políticas y
prácticas que conllevan a la continuación del abuso y a la impunidad de
los perpetradores”.
En su informe, la ONU le pide al Vaticano
dejar atrás su “código de silencio” y abrir los archivos donde tiene
documentados decenas de miles de abusos contra menores de edad, para que
así respondan ante la justicia civil los criminales. Y a éstos debe
llevarlos “a las autoridades que aplican la ley para que los
investiguen”.
La presentación del informe se dio durante
una reunión del Comité de los Derechos del Niño, en Ginebra a
principios de enero y donde se debatió el caso Wesolowski. Al encuentro
asistió el representante vaticano ante el organismo, Silvano Tomasi,
quien ya desde entonces insistía en que la Iglesia juzgaría al exnuncio y
lo castigaría como ciudadano de la Santa Sede (Proceso 1945).
¿Dónde se le mantendrá encarcelado en caso de sentenciarlo a prisión?, es la pregunta que se hacen ahora los observadores.
El cardenal Velasio de Paolis, exvicario
judicial y actual miembro de la Casación Vaticana, señaló que hay dos
opciones: en las celdas de la Santa Sede –donde estuvo el mayordomo de
Benedicto XVI por filtrar documentos confidenciales en el caso conocido
como Vatileaks– o en una cárcel italiana.
En entrevista con Vatican Insider, el 25
de septiembre, De Paolis –también a cargo de las investigaciones a los
Legionarios de Cristo– explicó que la Congregación para la Doctrina de
la Fe redujo a Wesolowski al estado laico. Pero esta congregación “no
encarcela al culpable”. Esta atribución, dijo, le corresponde al
Tribunal del Estado Vaticano.
El analista Elio Masferrer Kan, presidente
de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones y
quien ha seguido detenidamente el caso, comenta escéptico: “A pesar de
las recomendaciones de la ONU, otra vez estamos ante un encubrimiento
institucionalizado de la Santa Sede hacia uno de sus abusadores, por lo
que la condena a Wesolowski será pura simulación. Eso ya se ve a todas
luces”.
–¿Qué razones hay para encubrirlo?
–El exnuncio sabe mucho sobre la red de
pornografía de la que formaba parte, en la que seguramente están
involucrados altos jerarcas del llamado “lobby gay” de la curia romana,
reconocido por el propio Papa Francisco. A la Santa Sede no le convenía
que la justicia dominicana destapara allá ese escabroso asunto. Por eso
se lo llevó a Roma, donde le está dando protección a él y a sus
secuaces. Ese es el trasfondo de todas las maniobras vaticanas.
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