sábado, 16 de junio de 2012

DENUNCIAMOS EL ATAQUE DE LA CEE A LA SECULARIZACIÓN DE LA SOCIEDAD Y A LOS DERECHOS CIVILES

Declaraciones de Francisco Delgado, presidente
 de Europa Laica ante el documento de los 
obispos para re-evangelizar España


Documento con fecha viernes, 15 de junio de 2012
Publicado el viernes, 15 de junio de 2012

Autor: Francisco Delgado. Presidente Europa Laica.

Fuente: Europa Laica.











Los obispos y la nueva evangelización de España…
Francisco Delgado, presidente de Europa Laica, 
rechaza el nuevo ataque de los obispos a la 
secularización de la sociedad y a los derechos civiles.

Los obispos, con Rouco, Camino y Reig Plá a la cabeza, 
han elaborado un extenso documento y lanzado, 
una vez más, una serie de propuestas, para tratar de 
re-evangelizar España, cuyo argumento central es
que la iglesia católica está acosada por el laicismo,
 la secularización, el relativismo y anticlericalismo.
Asistimos, desde hace años, a una cruzada integrista,
muy peligrosa, desarrollada por parte de quienes
son sus propios enemigos: la jerarquía católica
(con sus privilegios, usurpaciones de bienes públicos
y privados, boatos, riquezas, hipocresía y ataques
a la libertad) junto a grupos fundamentalistas de 
seglares. Y esas miserias las tratan de “tapar” con la
denominada “obra social de la iglesia”. Obra, por 
cierto, que es consecuencia de una grave dejación
de los poderes públicos y  que, además, en gran
parte, financiamos todos los ciudadanos de todas
las convicciones, con nuestros impuestos.
Argumentan los obispos que España se
“descristianiza”, que “apenas hay vocaciones
sacerdotales”, que atraviesan un “invierno
eclesial”. Y como contrapartida, desarrollan 
campañas, algunas ilegítimas, para que los
jóvenes entren en los seminarios y conventos. 
Lanzan soflamas, contra la libertad y la 
diversidad sexual, contra derechos fundamentales,
contra la libertad de las mujeres, contra la 
educación cívica, contra la escuela laica, contra
la investigación genética, contra la salud sexual
y reproductiva…
Pero el origen del profundo desprestigio de la
corporación católica, alejada de muchos 
cristianos, tiene dos grandes vertientes: Por un lado,
la ciudadanía española se ha secularizado,
ha normalizado su propia libertad de conciencia,
ha conocido las falsedades de las jerarquías religiosas
en general y la católica en particular y la otra
vertiente, tiene que ver con los privilegios políticos,
simbólicos, jurídicos, fiscales y económicos de los
que disfruta la cúpula eclesial, con la complicidad
de los poderes públicos españoles.
La iglesia católica en España ha tenido la ventaja, 
durante siglos, de que la religión católica fue impuesta,
como obligatoria a toda la ciudadanía, desde el
nacimiento. El dogma católico y su particular
moral era la propia del Estado. Durante siglos
y hasta bien avanzado el siglo XX otras religiones
eran perseguidas o aniquiladas. A las personas
indiferentes, ateas, agnósticas o lo ocultaban
o eran perseguidas e incluso asesinadas.
Se perseguía la condición sexual diferente
y los modelos de familia que no obedecían
a sus cánones religiosos y se propugnaba la 
desigualdad de género. Y eso poso, en parte 
aún sigue presente, no ya tanto entre una mayoría 
de la ciudadanía, pero si en una parte del poder 
político, alejado de la realidad social.
La convivencia, la solidaridad, la justicia social, 
la fraternidad entre las personas, la libertad de 
conciencia, la íntima espiritualidad y las creencias… 
son valores del ser humano, independientemente 
de sus convicciones religiosas o no y, por lo tanto, 
no es patrimonio de las iglesias, como ellos 
pretenden argumentar: Todo lo contrario, si 
analizamos la historia y la realidad presente de la 
mayoría de las confesiones, en su vertiente oficial: 
con sus guerras de religiones; las cruzadas 
contra los derechos civiles y las libertades; la 
persecución de “infieles y paganos”; el apoyo a 
dictaduras y las soflamas y batallas contra todo lo 
que no forma parte de sus propios dogmas, …
observaremos que se alejan bastante de la fraternidad 
y de la justicia social.

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