La Iglesia pone a su nombre la capa de ozono
Los meteorólogos, indignados, temen por el arco iris
Después de adjudicarse la Mezquita de
Córdoba, en el año 2006, la Iglesia ha encontrado otro vacío legal y ha
aprovechado para registrar a su nombre la capa de ozono que cubre y
protege de las radiaciones solares a todos los habitantes de la Tierra.
La gestión fue realizada por el mismo
bufete de obispos que se apropió de la Mezquita y que está escriturando,
desde hace varios años, numerosas propiedades cuya titularidad se creía
pública pero que ninguna institución tuvo la precaución de legalizar.
Al parecer, la capa de ozono ha sido registrada por la Iglesia en todo
su espesor y extensión, incluyendo los posibles agujeros que pudieran
formarse, y la parte de estratosfera que se llegara a ocupar en caso de
que la capa aumente su tamaño.
La Asociación Mundial de Meteorólogos ha
expresado su más absoluta repulsa por esta privatización y ha pedido a
los gobiernos que registren cuanto antes las nubes y el arco iris, “pues
la codicia de estos señores es directamente proporcional a su
holgazanería”, añadieron. La aurora boreal pertenece también a la
Iglesia desde mayo de 1995.
Según las declaraciones de varios
juristas, la osadía de la Iglesia podría estar llegando a límites poco
claros, y alertan de la posibilidad de que se interesen también por el
golfo de Vizcaya, el resplandor de la luna llena, con su pleamar
incluida, y el lucero del alba.
En un pueblo de Cáceres los obispos
llegaron a escriturar un Ford Fiesta que llevaba dos días aparcado en el
mismo sitio y luego pretendieron registrar la sombra del roble
centenario de la plaza mayor pero fueron apaleados generosamente por
siete zagales que habían estado viviendo en Francia. El Gobierno pide
comprensión con el piadoso afán registrador de la Iglesia, y recuerda
que la Champions ya está ahí.
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