lunes, 19 de abril de 2010

QUEREMOS QUE NOS BORREN


Yo apostaté hace unos meses pero no me quedé nada satisfecho con el resultado. Aunque la diócesis de Santiago no me hizo pasar por humillantes encuestas “espirituales” ni buscar partidas de bautismo, en realidad sigue estando presente mi nombre en los libros eclesiásticos con una “nota al margen”. Eso no es lo que se puede considerar como “cancelar los datos personales”.

Tampoco estoy de acuerdo con apostatar siguiendo el cauce canónico, como quieran ellos y a su gusto, con sus reglas. ¿Qué sentido tiene la apostasía si con este acto no desafiamos la excesiva autoridad eclesial? No hace falta apostatar para dejar de dar dinero al clero o para dejar de asistir a sus ritos. La apostasía solo tiene sentido como acto de rebeldía ante una situación social injusta y abusiva, a saber: ante el enorme poder, la imposición de los valores y los abusos de todo tipo, de un colectivo no democrático que en España mantiene su estatus quo por herencia directa de un dictador criminal y genocida.

Creo que los “apóstatas” deberíamos pelear por una sociedad laica que no privilegie a ninguna religión ni confesión, con libertad de conciencia, pero en el que la Iglesia Católica quede excluida de los círculos del poder y de toma de decisiones. Personalmente creo que sería necesaria la movilización y la actuación de las asociaciones pertinente, si no existen crearlas, para salir a la calle y exigir una sociedad laica ya.

Ruben Deiros

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