DECLARACIÓN DE APOSTASÍA
A D. Luis Martínez Sistachs, Arzobispo titular de la diócesis de Barcelona.
Yo, Montserrat F………G….. , con DNI nº ……………., abogada y mediadora, especialista en derecho de familias y en la defensa de los derechos de la mujer, mayor de edad y residente en la población de Barcelona (08025), C/ …………….., que según le consta fue bautizada durante el mes de enero de 1.954, en la parroquia de………………………, actuando en nombre e interés propio, y hallándose en pleno uso de su libre y espontánea voluntad,
MANIFIESTA:
Primero
- Que, no habiendo encontrado en el Derecho Canónico procedimiento alguno establecido para la tramitación del presente escrito, lo dirijo al Obispo diocesano por las consideraciones siguientes:
- Que el canon 393 del Código de Derecho Canónico dispone que "El Obispo diocesano representa a la diócesis en todos los negocios jurídicos de la misma".
- Que el canon 383.1 establece que "Al ejercer su función pastoral, el Obispo diocesano debe mostrarse solícito con todos los fieles que se le confían (...), así como a quienes se hayan apartado de la práctica de la religión".
- Que el canon 369 define la diócesis como "una porción del pueblo de Dios cuyo cuidado pastoral se encomienda al Obispo con la cooperación del presbiterio… ".
Segundo
- Que en su día fui bautizada en la fe católica como consecuencia de una decisión tomada por otras personas sin que en ese momento, a causa de mi edad, sin que mediara en modo alguno la participación de mi propia voluntad, y sin que dispusiera de libertad ni conciencia suficientes para emitir un juicio sobre mis convicciones personales.
- Que fui bautizada en la fe católica por decisión de mi familia, bajo la terrible presión ideológica ejercida por la Iglesia Católica y por el Estado franquista, ignorando sus convicciones así como cuales serían mis convicciones morales y religiosas futuras, y negando por tanto, la plena libertad para emitir un juicio personal - libre y consciente - sobre las convicciones nombradas.
- Que desde que tengo uso de razón me considero atea. Y tras haber meditado durante largos años sobre el significado de mi pertenencia a su institución, no hallo ningún pretexto para continuar perteneciendo a la Iglesia Católica, entrando mi voluntad en contradicción con la adscripción a esta institución y con la moral y los valores humanos inculcados por mis mayores, que yo comparto y defiendo.
- Que la fidelidad a la propia conciencia es un derecho constitucional inalienable reconocido legalmente en el artículo 16 de la Constitución Española.
- Que a través de la presente declaración y haciendo ejercicio del derecho de mi capacidad de juicio y mis derechos democráticos, tan duramente conseguidos a través de la lucha de miles de personas (entre ellos mi propia familia: abuelos maternos y padres), mientras la Iglesia institución apoyaba sin recato la dictadura franquista, deseo expresar hoy en absoluta libertad mi contradicción con la adscripción a una entidad caracterizada por su dogmatismo, y que ha mantenido instituciones tan terribles como la llamada “Santa Inquisición” ó que tan injustamente se ha comportado a lo largo de los siglos con las mujeres (también en la actualidad, por ejemplo prohibiendo la ordenación de mujeres sacerdotes, u obligando al silencio a religiosas violadas por sacerdotes en Misiones de Africa) .
Asímismo estoy en absoluto desacuerdo con el trato que la Iglesia dispensa a los divorciados, a las mujeres que se ven en la necesidad de abortar, a los homosexuales, y a los que padecen el sida. También como instan a los pobres a la resignación ante las injusticias y la violación de sus derechos más elementales, prometiéndoles el cielo a su muerte, mientras sufren un infierno en su vida diaria, a la vez que son tan complacientes con los poderosos y los ricos que los explotan. Y como han ninguneado y hasta perseguido a los llamados Teólogos de la Liberación (ó a personas tan dignas de admiración como el Obispo Ernesto Cardenal, de Nicaragua, el exjesuíta Vicente Ferrer, ó los obispos Pere Casaldáliga y Oscar Romero), mientras protegen a sacerdotes pedófilos, que han abusado y hecho sufrir a cientos o miles de menores en diversos países del mundo.
También estoy en desacuerdo con el destino de las riquezas de la Iglesia, con sus privilegios económicos, como con los asuntos relativos a la educación y sobre la familia, su actual postura de manifestarse en la calle cuando jamás lo han hecho en contra de la pobreza ó contra la violencia doméstica, ni siquiera dedicando homilías contra tan terrible lacra. Y en desacuerdo con el actual Papa, que intenta volver a aterrorizar a los fieles con el “infierno” mientras que defendió en su juventud valores propios del nazismo (afiliado a las juventudes hitlerianas) y hoy no se ha mostrado abierto a los dignos valores que defienden un importante grupo de creyentes de la Iglesia Católica, que exigen unos cambios que los acercarían a la doctrina que predicó Jesucristo, de la que tan lejos está la jerarquía de la Iglesia .
Hace muchos años que medito este paso que hoy doy, y lo que me ha decidido finalmente a hacerlo han sido los lamentables hechos políticos que viene protagonizando la Jerarquía Eclesiástica de España (apoyando públicamente y sin recato a la derecha más dura y reaccionaria).
Y las calumnias, injurias y despropósitos que llevan años difundiendo, creando odio entre las diferentes comunidades de España, por esa emisora –la COPE- en la que la Iglesia tiene intereses económicos y políticos, mientras, la Iglesia Católica va recibiendo ingentes cantidades de dinero de un estado aconfesional, dinero que pagamos todos los ciudadanos (lo que no comprendo ni comparto) y que a mi entender, además, emplean de forma absolutamente inadecuada.
- Que, por tanto, rechazando totalmente la fe cristiana, y el comportamiento de la Iglesia Católica, me considero incursa en apostasía, tal y como la define el canon 751 del Código de Derecho canónico, por lo que
SOLICITO:
Me sea reconocida por la Iglesia Católica la condición de apóstata, dejando de contarme entre sus fieles y de considerarme católica a todos los efectos - incluso los estadísticos - incluyendo la oportuna anotación de la apostasía en el Libros de Bautismos y cualesquiera otros registros eclesiásticos existentes. Igualmente les recuerdo que la vigente Ley de Protección de Datos me protege en caso de uso indebido de los míos.
Asimismo, que me sea comunicada por escrito la resolución que se tome con respecto a mi petición.
En Barcelona, a ……………….
Firmado: MFG
Anexo: Adjunto a la presente
. fotocopia del DNI y
. copia de la fe de bautismo,
Ó certificación literal de nacimiento, expedida por el Registro Civil.
A D. Luis Martínez Sistachs, Arzobispo titular de la diócesis de Barcelona.
Yo, Montserrat F………G….. , con DNI nº ……………., abogada y mediadora, especialista en derecho de familias y en la defensa de los derechos de la mujer, mayor de edad y residente en la población de Barcelona (08025), C/ …………….., que según le consta fue bautizada durante el mes de enero de 1.954, en la parroquia de………………………, actuando en nombre e interés propio, y hallándose en pleno uso de su libre y espontánea voluntad,
MANIFIESTA:
Primero
- Que, no habiendo encontrado en el Derecho Canónico procedimiento alguno establecido para la tramitación del presente escrito, lo dirijo al Obispo diocesano por las consideraciones siguientes:
- Que el canon 393 del Código de Derecho Canónico dispone que "El Obispo diocesano representa a la diócesis en todos los negocios jurídicos de la misma".
- Que el canon 383.1 establece que "Al ejercer su función pastoral, el Obispo diocesano debe mostrarse solícito con todos los fieles que se le confían (...), así como a quienes se hayan apartado de la práctica de la religión".
- Que el canon 369 define la diócesis como "una porción del pueblo de Dios cuyo cuidado pastoral se encomienda al Obispo con la cooperación del presbiterio… ".
Segundo
- Que en su día fui bautizada en la fe católica como consecuencia de una decisión tomada por otras personas sin que en ese momento, a causa de mi edad, sin que mediara en modo alguno la participación de mi propia voluntad, y sin que dispusiera de libertad ni conciencia suficientes para emitir un juicio sobre mis convicciones personales.
- Que fui bautizada en la fe católica por decisión de mi familia, bajo la terrible presión ideológica ejercida por la Iglesia Católica y por el Estado franquista, ignorando sus convicciones así como cuales serían mis convicciones morales y religiosas futuras, y negando por tanto, la plena libertad para emitir un juicio personal - libre y consciente - sobre las convicciones nombradas.
- Que desde que tengo uso de razón me considero atea. Y tras haber meditado durante largos años sobre el significado de mi pertenencia a su institución, no hallo ningún pretexto para continuar perteneciendo a la Iglesia Católica, entrando mi voluntad en contradicción con la adscripción a esta institución y con la moral y los valores humanos inculcados por mis mayores, que yo comparto y defiendo.
- Que la fidelidad a la propia conciencia es un derecho constitucional inalienable reconocido legalmente en el artículo 16 de la Constitución Española.
- Que a través de la presente declaración y haciendo ejercicio del derecho de mi capacidad de juicio y mis derechos democráticos, tan duramente conseguidos a través de la lucha de miles de personas (entre ellos mi propia familia: abuelos maternos y padres), mientras la Iglesia institución apoyaba sin recato la dictadura franquista, deseo expresar hoy en absoluta libertad mi contradicción con la adscripción a una entidad caracterizada por su dogmatismo, y que ha mantenido instituciones tan terribles como la llamada “Santa Inquisición” ó que tan injustamente se ha comportado a lo largo de los siglos con las mujeres (también en la actualidad, por ejemplo prohibiendo la ordenación de mujeres sacerdotes, u obligando al silencio a religiosas violadas por sacerdotes en Misiones de Africa) .
Asímismo estoy en absoluto desacuerdo con el trato que la Iglesia dispensa a los divorciados, a las mujeres que se ven en la necesidad de abortar, a los homosexuales, y a los que padecen el sida. También como instan a los pobres a la resignación ante las injusticias y la violación de sus derechos más elementales, prometiéndoles el cielo a su muerte, mientras sufren un infierno en su vida diaria, a la vez que son tan complacientes con los poderosos y los ricos que los explotan. Y como han ninguneado y hasta perseguido a los llamados Teólogos de la Liberación (ó a personas tan dignas de admiración como el Obispo Ernesto Cardenal, de Nicaragua, el exjesuíta Vicente Ferrer, ó los obispos Pere Casaldáliga y Oscar Romero), mientras protegen a sacerdotes pedófilos, que han abusado y hecho sufrir a cientos o miles de menores en diversos países del mundo.
También estoy en desacuerdo con el destino de las riquezas de la Iglesia, con sus privilegios económicos, como con los asuntos relativos a la educación y sobre la familia, su actual postura de manifestarse en la calle cuando jamás lo han hecho en contra de la pobreza ó contra la violencia doméstica, ni siquiera dedicando homilías contra tan terrible lacra. Y en desacuerdo con el actual Papa, que intenta volver a aterrorizar a los fieles con el “infierno” mientras que defendió en su juventud valores propios del nazismo (afiliado a las juventudes hitlerianas) y hoy no se ha mostrado abierto a los dignos valores que defienden un importante grupo de creyentes de la Iglesia Católica, que exigen unos cambios que los acercarían a la doctrina que predicó Jesucristo, de la que tan lejos está la jerarquía de la Iglesia .
Hace muchos años que medito este paso que hoy doy, y lo que me ha decidido finalmente a hacerlo han sido los lamentables hechos políticos que viene protagonizando la Jerarquía Eclesiástica de España (apoyando públicamente y sin recato a la derecha más dura y reaccionaria).
Y las calumnias, injurias y despropósitos que llevan años difundiendo, creando odio entre las diferentes comunidades de España, por esa emisora –la COPE- en la que la Iglesia tiene intereses económicos y políticos, mientras, la Iglesia Católica va recibiendo ingentes cantidades de dinero de un estado aconfesional, dinero que pagamos todos los ciudadanos (lo que no comprendo ni comparto) y que a mi entender, además, emplean de forma absolutamente inadecuada.
- Que, por tanto, rechazando totalmente la fe cristiana, y el comportamiento de la Iglesia Católica, me considero incursa en apostasía, tal y como la define el canon 751 del Código de Derecho canónico, por lo que
SOLICITO:
Me sea reconocida por la Iglesia Católica la condición de apóstata, dejando de contarme entre sus fieles y de considerarme católica a todos los efectos - incluso los estadísticos - incluyendo la oportuna anotación de la apostasía en el Libros de Bautismos y cualesquiera otros registros eclesiásticos existentes. Igualmente les recuerdo que la vigente Ley de Protección de Datos me protege en caso de uso indebido de los míos.
Asimismo, que me sea comunicada por escrito la resolución que se tome con respecto a mi petición.
En Barcelona, a ……………….
Firmado: MFG
Anexo: Adjunto a la presente
. fotocopia del DNI y
. copia de la fe de bautismo,
Ó certificación literal de nacimiento, expedida por el Registro Civil.
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